Jueves, 13 de noviembre de 2025

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El príncipe Andrés pierde todos sus títulos reales

El Palacio de Buckingham retiró oficialmente todos los títulos reales al príncipe Andrés y le ordenó entregar el arrendamiento de Royal Lodge, poniendo fin a su uso del título de d...
El príncipe Andrés pierde todos sus títulos reales
El Palacio de Buckingham retiró oficialmente todos los títulos reales al príncipe Andrés y le ordenó entregar el arrendamiento de Royal Lodge, poniendo fin a su uso del título de duque de York y de cualquier otro rango nobiliario. A partir de ahora será conocido como Andrew Mountbatten-Windsor y dejará de ostentar el tratamiento de “príncipe”. El hombre de 65 años, apartado de sus funciones públicas desde 2019 y despojado previamente de sus afiliaciones militares y patronazgos, deberá mudarse de su residencia de 30 habitaciones en Windsor a un alojamiento privado en la finca de Sandringham, en Norfolk; las autoridades señalaron que los detalles logísticos se gestionarán de forma privada. El palacio calificó la decisión como necesaria “a pesar de que él sigue negando las acusaciones en su contra”, en referencia a su vínculo con el fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein y los escándalos derivados. La medida sigue al acuerdo extrajudicial alcanzado en 2022 con Virginia Giuffre, quien lo acusó de abusar sexualmente de ella cuando era menor; Giuffre falleció posteriormente y sus memorias póstumas incluyeron nuevas alegaciones. La reciente publicación de correspondencia entre Andrés y Epstein —en la que el príncipe sugería “mantenerse en contacto”— intensificó la presión pública. Andrés ha negado de manera constante cualquier delito. El comunicado incluyó una expresión de solidaridad con las víctimas y supervivientes de abuso, y la medida marca la ruptura final de Andrés con la institución monárquica. Además de perder sus títulos, ya no desempeñaba funciones oficiales ni tenía roles militares o patronazgos. Su traslado forzoso de Royal Lodge evidencia la determinación del palacio por contener el daño reputacional y alejar a la monarquía de los escándalos. Analistas y expertos en la realeza calificaron la decisión como una de las sanciones más duras e inéditas impuestas a un miembro de alto rango en tiempos modernos. Señalan que refleja un endurecimiento en la postura de la Casa Real ante conductas que comprometen la confianza pública y podría sentar precedente para imponer límites más estrictos a los privilegios de otros miembros que representen riesgos reputacionales. La Casa Real no proporcionó un calendario para la mudanza y afirmó que los arreglos se manejarán fuera del foco público. La pérdida de títulos y residencia deja a Andrés con un perfil marcadamente reducido y un estatus privado dentro de la familia real, cerrando un capítulo que ya había mermado gravemente su reputación y sus funciones oficiales.