El tifón Kalmaegi deja cinco muertos en Vietnam central

https://www.youtube.com/watch?v=oBZOrgTL2TY Al menos cinco personas murieron en el centro de Vietnam después de que el tifón Kalmaegi azotara la costa, arrancando árboles, destruyendo viviendas y dejando sin electricidad a vastas zonas. La tormenta tocó tierra en la provincia montañosa de Gia Lai, donde los residentes se reunieron alrededor de generadores y puntos públicos de carga para recargar teléfonos móviles, mientras otros hacían fila en una cascada al borde de la carretera para recolectar agua potable tras el corte del suministro. Las autoridades informaron de siete heridos y daños en unas 2.800 casas, además de alrededor de 1,3 millones de personas afectadas por apagones. Las carreteras quedaron cubiertas de árboles caídos, postes derribados y escombros, complicando el acceso y las tareas de socorro en comunidades montañosas aisladas. El gobierno movilizó a más de 268.000 efectivos para labores de rescate y asistencia, y emitió alertas de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra para las provincias centrales desde Hue hasta Dak Lak, a medida que crecían los niveles de los ríos. Los equipos de emergencia se centraron en restablecer la electricidad, despejar caminos y distribuir alimentos y agua, aunque las entregas seguían siendo difíciles en las zonas más afectadas. Los habitantes luchaban por conseguir suministros básicos mientras continuaban las operaciones de búsqueda y evaluación bajo una lluvia persistente. Las autoridades advirtieron que el lento avance del tifón tierra adentro podría provocar más lluvias intensas, aumentando los riesgos de inundaciones y corrimientos de tierra y prolongando las interrupciones en los servicios. Las pérdidas agrícolas agravaron la situación humanitaria. Agricultores de Gia Lai y regiones vecinas reportaron graves daños en cultivos e infraestructuras, incluido un almacén de cría de camarones con pérdidas estimadas en unos 38.000 dólares. Estos daños impulsaron los llamados a una ayuda inmediata en alimentos y medios de vida, ante la interrupción de las economías locales y los ingresos familiares. Los cortes eléctricos y el colapso del transporte dificultaron la comunicación, dejando a muchos residentes dependientes de la ayuda que lograba llegar y sin certezas sobre la reconstrucción. Los rescatistas priorizaron la reapertura de rutas clave para alcanzar aldeas aisladas, restablecer el suministro eléctrico en servicios esenciales y habilitar puntos de distribución de agua y alimentos. Las comunidades compartían generadores, recolectaban agua natural y reutilizaban materiales dañados como estrategias inmediatas mientras se organizaba la asistencia oficial. Las autoridades pidieron mantener la alerta, ya que los ríos seguían creciendo y los terrenos continuaban inestables, exhortando a la población en zonas vulnerables a cumplir las órdenes de evacuación y desplazarse a lugares seguros.